El hombre, cuya identidad fue ocultada por fines médicos, fue diagnosticado con gonorrea en Inglaterra en enero de este año. De acuerdo con su testimonio, dice que contrajo la enfermedad durante un viaje realizado a Asia en el que mantuvo relaciones sexuales con una mujer nativa.
Tras ser diagnosticado se le fueron administrados los antibióticos habituales: azitromicina y ceftriaxona. Sin embargo, lo irreal sucedió cuando los médicos se dieron cuenta de que ninguno de los dos antibióticos fue efectivo.
Según Teodora Wi, responsable del departamento de Reproducción Humana de la agencia sanitaria de la ONU:
La bacteria que causa la gonorrea es especialmente astuta. Siempre que utilizamos un nuevo tipo de antibióticos para tratar esta infección, el microbio aprende a resistir al fármaco.
Si bien la resistencia a antibióticos es algo natural durante el proceso de la gonorrea, lo cierto es que existen infecciones cuyo tratamiento se complica debido a la pérdida de eficacia de los antibióticos. Lo más alarmante es que son capaces también de transmitir la información genética sobre la resistencia, lo que las hace cada vez más hábiles contra el tratamiento.
Como este caso existen muchos. No dejemos que nuestra vida se convierta en uno de ellos, usa siempre condón.
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