Philip Clements, un sacerdote jubilado de la Iglesia de Inglaterra, falleció en una habitación de hospital que estaba cerrada a los visitantes en medio de la pandemia de coronavirus. El viudo Florin Marin, de 27 años de edad, dijo que estaba disgustado por la muerte del Sr. Clements pero que dos días de luto «son suficientes» y que su difunto marido no querría que estuviera triste.
Admitió que esperaba disfrutar de las 150.000 libras esterlinas que obtendrá de una póliza de seguro de vida, una casa de 100.000 libras esterlinas que se puso a su nombre antes de que el Sr. Clements muriera y una pensión de por vida de 2.000 libras esterlinas al mes.
«La gente pensará que soy un viudo con sombrero negro que está llorando, y lloré, pero dos días son suficientes», dijo Florin

Philip no quería que llorara, quería que la gente fuera feliz sin importar lo que pasara. No quiero mostrarle a la gente mis sentimientos porque mi esposo murió, porque algunas personas se aprovechan de eso y hay gente que es feliz por su tristeza’, agregó. «Tengo 27 años y no tengo desafíos. Florin disfrutará de una pensión de viudo británico de 2.000 libras para el resto de su vida, a menos que se vuelva a casar. «Era mi marido y este es mi derecho», dijo, añadiendo «no es mi culpa que me dejara con este dinero».
La pareja se conoció en el sitio de citas online Gaydar y se casó hace tres años en la ciudad natal del Sr. Clements, Sandwich, en Kent. Su relación con la montaña rusa ha sido noticia en varias ocasiones, y la pareja experimentó turbulencias desde el principio, cuando el Sr. Clements intentó vivir en la capital rumana, Bucarest.
Florin ya recibido acusaciones de ser un cazafortunas, y el ha declarado que no le gusta el término pero que no le importa lo que diga la gente. Cuando la pareja intercambió sus votos, el Sr. Clements dijo que quería que fuera de alto perfil… …ya que se oponía a la regla de que el clero no puede casarse con personas del mismo sexo en la Iglesia de Inglaterra. En ese momento dijo: «He tomado muchas bodas y casi pierdo la esperanza de ser parte de la mía».
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