Matthew Camp, se está volviendo loco y nos está volviendo locos a nosotros por él. Tanto es así la locura que le provocó la calentura, que tuvo que meterse en el baño para refrescarse: aunque por el tamaño de ese ‘barco’ entre sus piernas, suponemos que el agua de su tina no está fría.
Y para ser justos, el baño de un tipo en Nueva York nunca nos había parecido tan atractivo, hasta ahora. Y definitivamente preferiríamos jugar con eso que Matthew tiene entre sus manos, en lugar de recurrir a un pato de goma.

Publicidad





Deja un comentario