Amor Gay

Los 7 errores más comunes en una relación gay

Casi todos queremos tener una relación de pareja sana, duradera, feliz… homosexuales o no, muchos no sabemos cómo mantener una relación gay. Aquí tienes los 7 errores más comunes en una relación gay:

1. Parejas abiertas
Se presupone, erróneamente en ocasiones, que los homosexuales estamos más abiertos a experimentar y a mantener relaciones menos convencionales que las de los heterosexuales. ¿Por qué no ser pareja abierta, un trío, una relación a tres bandas…? Aunque es cierto que hay parejas abiertas que funcionan a las mil maravillas, en más de una ocasión es uno de los dos el que quiere una relación abierta y el otro cede por nor perderle… También verás al que quiere una relación abierta, como eufemismo de poner los cuernos sin cargo de conciencia. De todo hay, pero si quieres tener una relación abierta y no fracasar, ¡ser más sinceros que modernos y abiertos de mente! Si una relación no funciona, piensa que abrirla es prolongar lo inevitable.

2. Los que se pelean se desean pero…
El exceso de peleas y discusiones acaba con el amor. Es cierto que ninguna pareja tiene la relación perfecta y siempre hay roces, desacuerdos, broncas y también las posteriores reconciliaciones. Pero más de una vez habrás entrado en un bucle en el que tú o tu pareja te indignas por todo, discutes por todo y eso acaba siendo algo tóxico para vuestra relación. Respétate a ti mismo y respeta a tu pareja, escucha y sé escuchado, piensa antes de decir algo doloroso de lo que puedas arrepentirte. Si discutes, que sea para aclarar cosas y hacer que tu relación se vuelva más fuerte.

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3. Dependencia
Un error muy frecuente, el del gay que se adhiere rápidamente a su nuevo novio y depende de él para absolutamente casi todo. ¡Tener una relación gay no es dejar de ser independiente! Una cosa es amar con locura y otra es no tener personalidad y acabar dependiendo en exceso de otra persona que puede que termine alejándose de ti.

4. Por el interés te quiero Andrés
Estar con alguien por interés económico es más común de lo que te crees. Homosexuales que se dejan agasajar y querer a base de cuenta corriente y cierto nivel de vida. Está bien irte a vivir con tu novio o tener una cuenta en común, pero hay una diferencia entre compartir gastos y vivir de rentas. Acabar una relación y terminar en la calle porque todo era del otro no es una experiencia agradable. Tienes que estar con alguien por amor, no porque te trata con todo tipo de lujos o porque el bulto que le interesa de ti es el de tu cartera.

5. Diferentes formas de vivir la noche
El fiestero y el soso de la pareja: ¿cuántas parejas has conocido en las que a uno le gusta más salir por la noche y el otro prefiere quedarse en casa tranquilo? Una discoteca gay no parece el lugar idóneo para pasar el tiempo y conocer bien a tu novio, entre alcohol, chicos coqueteando, bailes y… el previsible ataque de celos con unas copas de más. ¿Tiene culpa el que baila provocativamente meneando todo en la tarima o el que está obsesionado con que todo el mundo tontea con su chico? Cuidado, porque la noche te confunde.

6. Las redes sociales
El que quiere compartir todos y cada uno de los detalles de su nueva relación en Facebook, Twitter, Instagram, Snapchat… El que no quiere que ni una foto de los dos juntos aparezca en internet. El que a la primera de cambio pone cambio de estado de relación en Facebook, y acaba indignado porque el otro no quiere hacer lo mismo. El que vigila cuántas veces por hora vibra el móvil de su pareja. El que controla con recelo los comentarios que le hacen a su novio en su última actualización de estado. Las redes sociales pueden llegar a ser un peligro para tu relación, ¡úsalas siempre con prudencia!

7. Novio, no amo
Y no hablamos de roles en relaciones sexuales, sino que es muy frecuente el error de que un hombre puede controlar del todo a su pareja. Cada persona necesita su espacio y sería toda una equivocación evitar que tu novio tenga su vida lejos de ti, que quede con sus amigos o haga planes en los que no te incluya. En una pareja sana tiene que haber confianza por las dos partes y vidas independientes de la pareja.

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