Durante su último concierto en Detroit, el amiguito de Donald Trump que, por cierto está preparando una carrera política para entrar en el senado, soltó uno de esos discursos homófobos que te dan ganas de vomitar y que solo piensas que a Trump le provocará mucho placer:
Derechos gays, transexuales y tal y cual. Yo digo que dejemos a los gays casarse si quieren y no estoy ni remotamente cerca de una trampa mortal. Pero las cosas no deberían ser tan complicadas, y no, no tienes derecho a elegir, porque lo que te cuelgue entre las piernas define el baño que usas».
Aunque te identifiques como mujer, si aún no te has operado los genitales, tienes que ir a un baño de hombres. ¿Cómo hemos podido vivir sin este ridículo rockero que nos cuenta la realidad sobre el mundo LGBT? Sin duda, tal para cuál con Donald Trump. Solo esperamos que el tiempo y el karma ponga a cada uno en su lugar.
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