Cada vez más varones solicitan y demandan tener un pene mas grande es por eso que en estos ultimos años el alargamiento de pene se ha vuelto la cirugía de moda.
Aunque no hay datos disponibles sobre el porcentaje de pacientes que se someten a este tipo de cirugía, la realidad que se ve en las consultas es que “los alargamientos de pene y las reconstrucciones de pene son muy frecuentes”, según señala Romero-Otero.
muchos pacientes que acuden a revisión urológica o por alguna enfermedad del pene también consultan indirectamente acerca del tamaño de su pene”.
“Más estética, insatisfacción personal y búsqueda de la perfección son los motivos principales por los que el hombre quiere someterse a este tipo de cirugías”, apunta Romero-Otero.
La principal técnica quirúrgica para el alargamiento de pene “es la sección de los ligamentos de los que cuelga”, señala Peinado. “Este mismo está sujeto al hueso del pubis y con la sección de estos ligamentos, se consigue que el pene cuelgue más. En un sentido estricto, no se alarga el pene puesto que la longitud del pene es la misma para pero se exterioriza lo máximo posible”, detalla. El alargamiento consigue, por tanto, “en un incremento de la longitud de pene en flacidez fundamentalmente aunque en erección este incremento es mucho menor, por debajo de la mitad de lo que se consigue en flacidez”, advierte.
Además, “se pueden añadir otras técnicas como son la liposucción infrapúbica que permite reducir la capa de grasa a ese nivel o realizar una lipectomía de esa zona que elimina todo ese tejido sobrante graso. El objetivo es permitir una mayor visualización del pene”, informa Peinado. Con ello, se consigue que “salga más tallo de pene y el paciente pueda, no solo tener más tallo y morfológicamente sentirse más íntegro y más pleno, sino que además pueda tener mejores relaciones sexuales y que pueda miccionar de pie”, destaca Romero-Otero. Otra técnica es la escrotoplastia:; “Muchos hombres tienen un exceso de piel en el escroto que no da la imagen de un pene tubular. Al quitar esa piel, la percepción de un pene más largo se produce”, indica Peinado. Y también, como apunta Romero-Otero, “se puede hacer una abdominoplastia, una liposucción, para que haya menos grasa en la zona del pubis y se vea más pene desde la parte dorsal”.
Por otro lado, “se pueden añadir cosas como ácido hialurónico, siliconas u otras soluciones, ya que hay multitud de sustancias que se han utilizado para intentar incrementar, no sólo la longitud, sino el grosor del pene”. En este sentido, apunta: “No hay un material o una sustancia que sea superior a las demás, puesto que no se han podido desarrollar ensayos clínicos y cada cirujano tiene su propia experiencia que le hace trabajar en un sentido o en otro”. De hecho, “existe un debate que está muy activo, de hecho, si vamos a la literatura médica nos damos cuenta de que es más la experiencia personal publicada de las personas que una evidencia científica construida sobre una base metodológica”.
En cuanto a qué método es el mejor, Romero-Otero indica que, “hoy por hoy no hay ningún estudio en la literatura construido siguiendo la metodología científica y médica ni evidencia para poder decir qué procedimiento es mejor que el otro para este tipo de cirugías y todo se basa en la opinión del experto”.
En cuanto a la existencia de pastillas para alargar el pene, Peinado explica que “se venden muchas en internet, pero ninguna ha demostrado eficacia”. La realidad es “como si tomásemos algo para ser más altos. Cada paciente nace con un tamaño determinado genéticamente y las posibilidades con fármacos son casi nulas”.
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