Estilo de Vida

Cómo ligar en el gimnasio siendo gay

¿Quieres aprender a ligar? pues hoy te dejamos algunos consejos de cómo ligar en el gimnasio siendo gay

Ligar en el gimnasio siendo gay no es tan sencillo. Acercarse al chico que más te pone cuando está levantando tropecientos kilos, rodeado de lo más hetero y testosterónico del lugar y preguntarle si le puedes chupar el pene, quizás no sea la mejor opción. Hay que estar atentos al momento y el lugar y, por supuesto, a si el chico en cuestión es gay y hay posibilidades con él.

Para acertar con el chico ya dependerá de nuestra intuición y de cada caso concreto, pero en cuanto a la situación más oportuna, podemos destacar unas cuantas especialmente interesantes:

Clases dirigidas
Es decir: aerobic, step, yoga, spinning, body pump, body power, barra de stripper o coreografías de musicales de Broadway. Cosas con monitor, para que nos quede claro. Ésta sería quizás la opción más adecuada para los que buscan ligar en la acepción de conocer gente. Posiblemente tomar un café después, una cena y similares romanticismos varios. Lo bueno de esto es que, al ser un grupo más o menos reducido y veros a menudo, parece más fácil entablar conversación. Lo malo es que, al ser un grupo más o menos reducido, las posibilidades de encontrar a alguien que te guste también se reducen.

Sala de pesas
Si resulta que lo que nos gusta no son las clases sino hacer pesas, una opción bastante válida podría ser sacar conversación ahí mismo. Por ejemplo pidiéndole al chico que nos gusta que nos explique cómo se usa tal o cual máquina, que nos ayude con las pesas o simplemente preguntando si le quedan muchas repeticiones con lo que está usando. Claro que la conversación se puede quedar en tres frases, pero echándole un poco de imaginaciónsiempre podemos alargar un poco la cosa y hablar de entrenamientos, preguntarle su nombre… Eso sí, durante la cinta de correr o la elíptica mejor no hablar si queremos seguir respirando y estas cosas que hace la gente humana.

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Vestuarios
Si pensamos en ligar de llevarse a alguien al huerto sin más ni más, dentro del gimnasio lo ideal sería el vestuario (y baños y sauna que suelen estar dentro del mismo). Vendría a ser lo que se dice cruising o cancaneo de toda la vida. Lo bueno de esto es que si has estado una hora lanzándoos miraditas por todo el gimnasio, tienes la certeza de saber cómo es físicamente que en un cuarto oscuro posiblemente no tengas. ¿Lo malo? Pues, además de lo que pueda pasar si los descubren en el gimnasio.

Y ése precisamente viene a ser el mayor problema de ligar en el gimnasio: que, ya sea para sexo o para algo más serio, si saliese mal por cualquier cosa, o te tragas el drama cada día (miraditas de odio, acosos o incluso escenitas vociferando desnudos en la zona de duchas, por ponernos en situaciones surrealistas pero posibles al fin y al cabo) o te toca cambiar de horario (o hasta de gimnasio). Que ya lo dice en refrán: donde tengas la mancuerna no metas la tercera pierna. Por otra parte, también es verdad que todo puede quedarse en que cada vez que os crucéis, curiosamente, aparezca una necesidad sobrehumana de mirar algo en el móvil o de quedarse observando el infinito como si nuestra vida dependiera de ello… lo que viene a ser hacerse las suecas, vamos, pero nunca se sabe lo que puede ocurrir

Y a ti, ¿te ha pasado alguna vez lo de ligar en el gimnasio? ¿Te animas a intentarlo?

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